lunes, 16 de agosto de 2010

Agrupaciones de voluntarios trabajan en todo el país haciendo controles de alcoholemia los fines de semana

Por Verónica Toller
mvtoller@gmail.com
En Argentina, mueren en accidentes de tránsito el equivalente a un avión de pasajeros del tipo Airbus a330 cada diez días. Es como si se produjeran tres tragedias de Cromañón por mes. Casi 40 al año. Por eso, en Chaco, un grupo de padres y madres que han vivido esto en carne propia decidió hacer algo. Varios de ellos perdieron a sus hijos en accidentes viales. Otros, quieren simplemente evitar semejante dolor. Se autodenominan "Padres en la Ruta". Trabajan para prevenir y concientizar. Han logrado reducir sensiblemente el número de muertes. Su labor ha sido reconocida por la Organización Panamericana de la Salud.
Isabel Iride Grillo es jueza y ejerce en el Chaco. Los viernes y sábado de madrugada los pasa en la calle, junto con una o dos docenas de padres más. Se llaman a sí mismos "padres en la ruta". Hombres y mujeres que se unieron y crearon una ONG que ya funciona en varias provincias argentinas y tiene como fin colaborar con la Policía en los controles de velocidad del tránsito a la hora del retorno a casa de los jóvenes. Llevan café y galletitas, para que tomen los que no pasan la prueba de alcoholemia. Y chupetines como premio para los que sí. Isabel comenzó con esto hace 4 años, cuando perdió a Nicolás, su hijo de 19, una madrugada, en la ruta de acceso a Chaco, cuando volvía de bailar en un boliche.
El grupo comenzó con 23 padres en 1997. Hoy, son más de diez mil en todo el país. Los impulsa la ansiedad, el temor de que el próximo sea su hijo, y la solidaridad. Ayer sábado, en la ciudad de Presidencia Roque Sáenz Peña, Chaco, se realizó el Primer Encuentro Provincial de Padres en la Ruta. Estuvieron reunidos de 9 a 14, y hablaron los "padres en la ruta" de Resistencia, Roque Sánez Peña y Charata. También contaron experiencias las autoridades policiales y de tránsito de esas ciudades. Intercambiaron "ideas, críticas y propuestas sobre la Seguridad Vial, la que aspiramos se transforme con el esfuerzo y compromiso de todos, ciudadanos y funcionarios en una verdadera política de Estado, como parte integrativa de la Seguridad toda en el verdadero sentido de tal expresión", nos escribió en un correo dos días antes Isabel Grillo. "Para que sepamos que contestar cuando nuestros hijos y nietos nos pregunten qué hicimos frente al flagelo de los siniestros viales que tantas víctimas nos cuesta a los argentinos".
Tragedias evitables
Nuestra provincia tiene una triste estadística de muertes por accidentes de tránsito, y ello, en proporción inversa a las mejoras que se registran en el estado de muchas rutas. Veamos: 219 muertes en 2006, 227 en 2007 (con 2300 lesionados en 1700 accidentes de tránsito), 230 en 2008 (según Luchemos por la Vida, hubo en realidad 341 muertes en Entre Ríos ese año).
En 2009, Luchemos por la Vida reveló que fallecieron 7885 personas en Argentina en accidentes de tránsito. Es como si desaparecieran de golpe todos los habitantes de Villa Paranacito. O una escuela por mes de las que en nuestra provincia tienen primaria y secundaria. 7885 personas fallecidas en 2009 por accidentes de tránsito en Argentina es el equivalente a que, en tres años, desaparezcan todos los habitantes de Colón.
Argentina tiene uno de los índices más altos de mortalidad por accidentes de tránsito en el mundo: significa la tercera causa de muerte en el país, mientras a nivel mundial es la novena.
La cifra de pérdidas significó un 4 % menos que en 2008. Esto equivale a 22 muertes diarias y 657 mensuales. Entre Ríos es la quinta provincia con mayor cantidad de muertes en accidentes: 327 (para la Dirección de Prevención y Seguridad Vial de la Policía provincial, las muertes en 2009 fueron 205). Este número marca una baja de 2,9 % respecto de 2008, lo cual es bueno pero insuficiente.
Antes que Entre Ríos se ubican Buenos Aires (2.983 muertes en accidentes de tránsito), Santa Fe (648), Córdoba (548) y Mendoza (371).
Negligencia e incumplimiento de deberes de estado
La red vial de nuestro país tiene mucho que ver con esto. Por eso hablamos de incumplimiento de los deberes de estado. Por ley 11.658 (año 1932), las rutas pavimentadas deben tener un ancho de 6,70 metros. Hoy, el desarrollo automotor exige otras medidas. Hay quienes opinan que, por las medidas actuales de autos, camiones y colectivos, las carreteras deberían tener 10 a 12 metros de ancho. Y deberían extenderse las autovías, ya que actualmente, se estima en más de 500 mil a los camiones que circulan por esas rutas, y 70 mil a los colectivos.
Más allá de los problemas técnicos (inadecuado ancho de calzada, ondulaciones en el asfalto, escasa señalización), según el director de Prevención y Seguridad Vial de la Policía de Entre Ríos, Gustavo Maslein, la causa principal de los accidentes de tránsito es la negligencia. Se ve, además, un aumento en el número de accidentes en ciudad frente a los siniestros en rutas.
Las fallas humanas tienen una amplia gama: falta de uso de casco, conductores alcoholizados, falta de respeto a las normas, alta velocidad así como diferencias de velocidad (vehículos que transitan a 80 junto a otros que van a 140), largas filas de camiones que obligan a riesgosos sobrepasos, imprudencia, sueño. Ello conduce a que muchos de los expedientes que se abren tras accidentes con muertes lleven la carátula de "homicidio culposo".
A nivel mundial, los accidentes de tránsito son la principal causa de muerte en el grupo de 10 a 24 años. Cada año mueren unos 400 mil jóvenes menores de 25 años en las carreteras de todo el mundo: un promedio de 1049 al día (datos: Organización Mundial de la Salud). "Los accidentes de tránsito matan a casi 1,2 millones de personas en todo el mundo cada año y dejan con lesiones a muchos millones más. Tienen efectos devastadores en las familias y las comunidades. Los hombres jóvenes -ya sea como peatones, ciclistas, motociclistas, conductores principiantes o pasajeros- tienen casi tres veces más probabilidades que las mujeres jóvenes de morir o sufrir traumatismos en la carretera" (palabras de Kofi Annan, ex Secretario general de las Naciones Unidas, pronunciadas en 2007).
Los "padres en la ruta" le roban hijos a la muerte
"Padres en la Ruta es una agrupación de participación ciudadana, abierta y horizontal. Somos padres autoconvocados para ocuparnos de la prevención de los siniestros viales, mediante el esfuerzo fraterno y solidario –nos contó en 2009 la jueza Isabel Grillo-. Trabajamos por el cambio de conductas, individuales y colectivas, tanto de la sociedad como de las autoridades públicas. Queremos que la Seguridad Vial, como parte de la seguridad en general, constituya una verdadera política de Estado, en el verdadero sentido de la expresión".
En Chaco, la inseguridad vial, muchas veces vinculada al alcohol, se cobró en agosto de 2005 la vida de "mi hijo Nicolás, de 19 años, que circulaba como acompañante en un vehículo conducido por un joven alcoholizado de 23 años de edad", contó Isabel. Fue la última víctima de la Avenida Sarmiento, uno de los accesos a la ciudad de Resistencia, en las madrugadas de los fines de semana. Porque a raíz de esa muerte surgió "Padres en la Ruta – Chaco", siguiendo el modelo de la organización nacida en General Deheza, Córdoba.
La agrupación tiene más de cien integrantes, no hay autoridades, sede social ni una organización de tipo institucional. Realizan una reunión cada último martes de mes. Hay libertad de temas. Los encuentros tienen un fuerte tenor autocrítico, de balance y organización a futuro. Diariamente, se comunican por correo electrónico.
Realizan actividades de concientización, visitas a las instituciones educativas y medios de prensa. También han acudido a hacer planteos y ofrecer ayuda ante autoridades públicas provinciales y municipales. Desde 2005 integran el Consejo de Seguridad Vial de la Provincia del Chaco invitados por el Ministerio de Gobierno, consejo "que lamentablemente no se reúne ni funciona pese a nuestros permanente pedidos", dice nuestra entrevistada.
En las madrugadas de los fines de semana, junto a patrullas de tránsito o policía, realizan controles de alcoholemia. Si el control da negativo, les regalan golosinas. Si da positivo, los invitan a esperar un rato y les sirven café. Están organizados en grupos liderados por un padre coordinador responsable de la asistencia y de las funciones que allí realizan. Al día siguiente, elaboran un informe con los datos relevantes y las sugerencias pertinentes.
En Córdoba, los accidentes de tránsito causados por el alcohol bajaron en un 97%. En Chaco, los "padres" lograron reducir a cero el número de siniestros viales y de víctimas en la Avenida Sarmiento los fines de semana. Generó cambios de conducta importantes desde la ciudadanía y son los jóvenes los que más se han sumado a las propuestas. También lograron mayor apertura de las autoridades hacia la agrupación. .
En uno de los correos electrónicos que intercambian los Padres en la Ruta de Chaco se lee:
"Convocatoria. Hora: 5 de la madrugada. Si no llega nadie fijarse dónde están los agentes municipales y policiales, a lo largo de la Avenida Sarmiento. Las autoridades municipales son las que fijan el lugar exacto, de acuerdo a los boliches abiertos y eventos programados para cada fecha. Retirar la noche anterior los chalecos del motomandados. No olvidar devolverlos al terminar el operativo por la mañana. Llevar carpeta y planillas, calcos y folletos. Café y chupetines o caramelos para hacer más ameno el control y endulzar los espíritus".

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